Considerado como uno de los más brillantes y sólidos escritores mexicanos contemporáneos, David Toscana pertenece, como Daniel Sada o Cristina Rivera Garza, a la tradición literaria del Norte de México. Ha publicado 11 libros que han recibido el unánime elogio de la crítica y numerosos premios nacionales e internacionales, entre los que se incluyen el Premio Antonin Artaud, el Premio Casa de las Américas y el prestigioso premio Xavier Villaurrutia
La ciudad que el diablo se llevó no es una novela histórica, aunque cierta historia atraviesa sus páginas: recrea la Varsovia devastada tras la Segunda Guerra Mundial y los primeros años de ocupación soviética. Pero ante todo, es una novela sobre los que sobreviven a la catástrofe. Después de la destrucción absoluta, ¿cómo continuar con la vida?, ¿qué nos queda para volver a empezar?, parece preguntarse el autor.
Sus protagonistas -Ludwik, Eugeniusz, Kazimierz y Feliks- sobreviven milagrosamente a una ejecución y, en una fantasmal Varsovia, celebran estar vivos: refugiándose en esa extraña forma de amistad radical que se da en los sobrevivientes, abandonándose a una interminable epopeya etílica, peleando por resistir al hambre, al frío y al miedo; y, sobre todo, persiguiendo a su manera la belleza en las ruinas.
En La ciudad que el diablo se llevó David Toscana profundiza en los temas que han hecho grande su literatura: la violencia cotidiana y el derrumbe de la civilización, los personajes que luchan por no caer en el olvido, el alcohol que nubla el pensamiento, pero da lugar a una sucesión de historias y de deseos siempre resistentes. Y es que La ciudad que el diablo se llevó es, sin duda, una novela sobre la resistencia de Varsovia, pero no la resistencia durante la guerra, sino después de la guerra. Y por eso, es el libro que hemos elegido para empezar lo que nos gustaría que fuese la “Biblioteca Toscana” en Candaya: creemos que es un libro que los lectores, en estos momentos de incertidumbre y caos, agradecerán especialmente: por cómo describe la vida y la supervivencia en medio del derrumbre, por su singular espíritu de lucha, y por cómo apuesta por la búsqueda de la belleza incluso en el peor de los escenarios
Algunas claves sobre la novela
•• David Toscana es, hoy en día, uno de los maestros del panorama literario mexicano. Numerosos reconocimientos han señalado que su obra es una de las más importantes en la actualidad y lo destacan como un notable fabulador, un prosista intenso y una voz que retrata una forma diferente de ver el norte mexicano, más allá de las historias de narcotraficantes y sicarios. Su obra se centra en personajes desarraigados, solitarios, enloquecidos, que se mueven en una frágil frontera entre la realidad y la locura.
•• En La ciudad que el diablo se llevó, Toscana visita territorios y contextos diferentes: es la historia de varios personajes que sobreviven al final de la Segunda Guerra Mundial y a los comienzos de la ocupación soviética de Varsovia: la soledad, el miedo, el hambre y la búsqueda de los restos de un pasado que no es tan lejano todavía, los unen en una serie de recorridos por la ciudad destruida: ¿qué buscan?, ¿la redención, la venganza, la supervivencia?
•• Contada con una prosa sencilla pero de alcance poético, esta novela de ágil lectura tiene como punto de partida un evento azaroso: cuatro hombres se salvan de ser fusilados por los nazis en los últimos días de la guerra. A partir de ahí, Feliks, que regenta una tienda de artículos provenientes de la rapiña y el expolio, Ludwik, el enterrador del pueblo, Kasimierz, un aspirante a conserje en una escuela, y Eugeniusz, un sacerdote católico cuya única labor es repartir la extremaunción entre los varsovianos, se convierten en una suerte de caterva que celebra la vida entre aventuras y borracheras sin buscar nada en especial, sino tal vez, solamente, el sueño de un destino que mucho tiempo atrás se quebró.
•• Con esta novela, David Toscana profundiza en los temas que han hecho grande su literatura: personajes que luchan por no caer en el olvido, la violencia cotidiana de la civilización, el alcohol que nubla el pensamiento y abre una verborrea de historias y deseos moribundos pero siempre resistentes. Estos personajes deambulan por una Varsovia convulsa, casi herida de muerte, donde encuentran las formas diversas en que un mundo roto en sus raíces se retuerce y vuelve a vivir. Esta es, sin duda, una novela sobre la resistencia de Varsovia, pero no la resistencia durante la guerra, sino la resistencia después de la guerra.
•• Las ruinas de Varsovia son el edificio que representa las vidas de los personajes: ahí, entre los escombros, sólo quedan dos cosas: recordar lo que fue o inventar lo que pudo ser. Los personajes de La ciudad que el diablo se llevó optan por la invención, por la imaginación creativa, que los lleva desde historias de milagros practicados en mitad de una borrachera hasta la reconstrucción de la vida y muerte de un cantante tradicional judío, el rescate de un preso política en una de las prisiones del nuevo régimen o el milagro de la resurrección en una cripta del cementerio.
•• La ciudad que el diablo se llevó interesará al lector español no solamente porque le abre la puerta a un autor mexicano de altísimo nivel, ahora radicado en Madrid después de residir en Polonia y Portugal, sino porque el libro apela a la idea de cómo nos relacionamos con la historia, es decir, ¿en qué punto dejamos de seguir la historia de, por ejemplo, la segunda guerra mundial? Los personajes sobrevivientes no regresan a sus vidas como si nada hubiera pasado, sino que han de adaptarse a la continuidad del flujo histórico, y la obra de Toscana nos introduce en esos íntimos procesos de adaptación.
•• El humor es uno de los recursos más interesantes en la obra de David Toscana, y La ciudad que el diablo se llevó es probablemente uno de los mejores ejemplos: caminando por la ciudad, buscándose la vida, emborrachándose, estos personajes viven en un estado de ánimo que va de la tristeza a la risa en un suspiro, y que nos conduce, a nosotros como lectores, por encima de esa línea difusa que separa lo trágico de lo cómico. El humor no como un método para apartarse de la realidad, sino como una de las resultantes de esa adaptación. •
David Toscana (Monterrey, México, 1961) se graduó como Ingeniero Industrial y de Sistemas. Formó parte del International Writers Program, en la Universidad de Iowa, y del Berliner Künstlerprogramm. Es autor de Estación Tula (1995), Lontananza (1997), Santa María del Circo (1998), Duelo por Miguel Pruneda (2002), El último lector (2004, premios Antonin Artaud, Bellas Artes de Narrativa y José Fuentes Mares), El ejército iluminado (2006, Premio Casa de las Américas José María Arguedas), Los puentes de Königsberg (2009), La ciudad que el diablo se llevó (2012), Evangelia (2016) y Olegaroy (2017, premios Xavier Villaurrutia y Elena Poniatowska).
La ciudad que el diablo se llevó
Candaya Narrativa 67 • Primera edición: Julio 2020
ISBN: 978-84-15934-84-4 • 288 págs. • 21×14 cm • € 17,00
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