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Los niños y el teléfono móvil

España es uno de los países con más móviles por habitante de todo el mundo con más de 54 millones de líneas móviles. La penetración de las líneas móviles de España supera el 113%. Según ha podido comprobar la empresa Puntronic, casi la totalidad de los hogares (99,6%) dispone de teléfono (móvil o fijo), y más del 86% tienen acceso a la red. Además, el 70% de los niños menores de 15 años tienen teléfono móvil, un dato asombroso si se tiene en cuenta que engloba a niños de cero a cinco años, de hecho el 95% de los niños de 15 años posee uno.

Si bien los tiempos han cambiado, hay que predicar con el ejemplo y hacer un uso responsable de ellos ya que el 74% de los usuarios de móviles, el último gesto que hacen antes de dormirse y según se despiertan es mirar la pantalla a ver si hay algún mensaje.

La pantalla se consulta hasta 150 veces cada día, una vez cada cinco minutos y si solo se dedican dos minutos a leer y responder los mensajes o llamadas se llega a la conclusión de que el móvil ocupa cinco horas al día de nuestra vida. Si se calculan estos datos a una vida útil de 60 años saldrían más de 12 años dedicados al móvil.

¿Merece la pena?, ¿no hay nada mejor que hacer en ese tiempo?. Claro que sí. Pero no todo es negativo, los niños tienen a su alcance una herramienta que potencia la investigación, el desarrollo de habilidades, alimenta la creatividad, y una extensa lista de finalidades docentes y para el aprendizaje. Por ello, Puntronic.com da diez consejos y recomendaciones para hacer un uso responsable de ellos:

Retrasar lo máximo posible el acceso de los niños al móvil. Y de esta manera darles tiempo a madurar y a hacer un buen uso de ellos.

Controlar el tiempo que los niños usan los móviles. Unido al uso de un control parental que no les permita navegar por Internet a su antojo.

Mantener unas pautas para que las pantallas no dañen sus ojos. Como pueden ser sujetarlos por debajo del nivel de los ojos, un tamaño de letra adecuado, ajustar el brillo y tener siempre limpia la pantalla.

Mantener una postura correcta para que su uso no dañe sus cervicales y músculos. Poner el móvil a una distancia prudencial, ni muy pegado ni muy alejado y no usarlo más de diez minutos seguidos.

Restringir la descarga de contenido y de juegos. No todos los juegos y los contenidos son aptos para todos los niños y es conveniente controlar en que páginas webs entran o a que tipo de juegos juegan, mejor los que ayuden a su educación o a mejorar su psicomotricidad.

Nunca ponerse en contacto con desconocidos ni mandar fotos ni contenidos privados. Además de que los niños exponen aspectos de su vida, pueden correr el riesgo de que les roben la identidad, sufrir estafas, robos en la vivienda al radiar lo que hacen y donde están en cada momento e incluso generar aislamiento.

No usarlo antes de irse a la cama ya que puede alterar el sueño. La luz azul que emiten las pantallas de los móviles puede reducir la producción de melatonina haciendo que sea más difícil coger el sueño y mantenerlo estable durante horas.

Poner horarios y normas de uso. Es fundamental que los niños no utilicen el móvil más tiempo del debido y que sea casi más un premio que algo normal en su día a día.

Conocer las claves de acceso. Por si se cree que el uso de ellos por parte de los niños no ha sido el adecuado.

Qué el móvil no sustituya el resto de actividades que un niño tiene que hacer según su edad. Salir a la calle, jugar, hablar con sus amigos o familiares son cosas fundamentales que un niño tiene que hacer para un buen desarrollo personal.

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