El sistema inmunitario de cada persona es característico. Unos no enferman jamás mientras que otros se pasan la vida con el pañuelo pegado a la nariz. Conforme se cumplen años, el sistema inmunitario se refuerza, por eso los adultos enferman menos que los niños, para quienes todos los virus resultan una novedad. Un sistema inmunitario veterano ha aprendido a reconocer a muchos de los invasores y a combatirlos, pero solo hasta cierto punto, porque también envejece y paulatinamente responderá peor a las agresiones.
El invierno es la época propicia para resfriados y gripes. Según datos que maneja la compañía Thyssenkrupp, un 75% de los españoles sufre una de estas patologías al menos una vez al año, un 50% lo hará dos veces y aproximadamente un 20% padecerá un resfriado o una gripe tres o más veces. De allí que es conveniente mantener un equilibrio general saludable mediante unos hábitos que se sugiere poner en práctica:
Hacer ejercicio cada día
No conformarse con dar un paseo, sino llevar una verdadera vida activa, practicando deporte a diario. Es una verdad probada que el ejercicio es la base de una vida saludable porque mejora el sistema cardiovascular, reduce la tensión arterial y ayuda a mantener el peso adecuado, es decir, contribuye a la buena salud y, por tanto, a que el sistema inmunitario funcione mejor.

No fumar
Y evitar también el tabaquismo pasivo. El humo del tabaco y recientemente se está probando que también el vapor perfumado de los cigarrillos electrónicos son causa de numerosos problemas de salud, incluidos los resfriados.
Dormir las horas necesarias
Procurarse
una buena calidad de sueño y durante el tiempo requerido cada día es un
factor de salud. Una pequeña siesta también es recomendable.
Llevar una dieta saludable
Mantenerse
en el peso óptimo mediante una dieta equilibrada, con abundancia de
frutas y verduras, ricas en vitaminas, sí contribuye al normal
funcionamiento de sistema inmunitario.
Beber muchos líquidos
Esto
también ayuda a que el sistema inmunitario funcione correctamente, pero
no cualquier líquido, sino básicamente agua, infusiones y caldos no
grasos.
Los antibióticos, solo con prescripción médica
Los
antibióticos no combaten los virus, que son los que causan gripes y
catarros. Son útiles contra las infecciones bacterianas, pero están
dando lugar a un creciente problema de resistencia, así que jamás deben
tomarse si no los receta el médico.
No tomar alcohol o hacerlo solo con moderación
El
mito de que el vino es cardiosaludable no está demostrado, sin embargo,
los efectos adversos del alcohol en la salud y, por tanto, en el
sistema inmunitario, sí.
Vacunarse contra la gripe y la neumonía
La
vacuna previene entre el 70 y el 90 por ciento de las gripes y, aunque
este porcentaje baja en las personas mayores, es importante vacunarse
porque las infecciones respiratorias, la gripe y la neumonía son una de
las principales causas de muerte en mayores de 65 años.

Tomar vitamina C
Aunque
existen multitud de estudios que prueban y desmienten si la vitamina C
previene el resfriado lo que sí parece demostrado es esta vitamina
tienen un efecto moderado en el alivio de los síntomas del resfriado común. Por lo que, viendo que tampoco perjudica, que no es cara y que se vende sin receta, el que quiera puede tomársela.
Abrigarse
A
pesar de que las gripes y los resfriados se producen por virus, no por
frío, por más que nuestras madres siempre hayan dicho lo contrario. Lo
que sí está claro es que cuando la temperatura corporal baja, nuestras
defensas se debilitan y es más fácil ponerse malo, por lo que ir
abrigado nunca está de más.
Recurrir a hierbas y suplementos
Existen multitud de píldoras, sobres, ampollas y preparados de hierbas… que afirman reforzar la inmunidad. Aunque los científicos no saben si lo que parece elevar los niveles de anticuerpos en la sangre consigue mejorar la inmunidad general, tampoco está de más hacer uso de algunos de estos complementos, eso sí, cuanto más naturales mejor.
Rebajar el estrés
Muchas
enfermedades están relacionadas con los efectos del estrés emocional
continuado por lo que no está de más tratar de bajar nuestro nivel de
estrés diario.
Intensificar las medidas de higiene
Lo mejor para no tener gripes ni resfriados es evitar el contagio, su transmisión se produce por el aire, y en menor medida por contacto directo con personas afectadas. Los virus pueden vivir hasta 24 horas en superficies metálicas o plásticas. Una de las principales vías de contagio son los picaportes de las puertas, los pasamanos, los carritos, los agarradores del metro y del autobús, los botones del ascensor… Por ello recomiendan lavarse las manos muy a menudo y siempre al llegar a casa. Además, hay que llevar en el bolso desinfectantes líquidos (con un 60 % de alcohol) para utilizar cada vez que sea necesario. En el hogar, es importante mantener limpios los interruptores de la luz, los agarradores de las puertas, los brazos de los sillones, el teclado del ordenador, el ratón, el móvil… porque también pueden contagiar enfermedades.
Y si, pese a seguir todos estos consejos enfermamos, hay que tratar de impedir la propagación de los virus entre nuestros amigos y familiares, por lo que es recomendable:
– Cubrirse la boca al toser con un pañuelo desechable.
– No sonarse con pañuelos de tela, sino de papel (y desecharlos tras cada uso).
–
Lavarse las manos a menudo, siempre después de sonarse, de ir al baño,
de cambiar pañales, de manipular objetos de las mascotas, antes de
comer, de cocinar y de manipular alimentos.
– Tener una toalla propia
y echarla a lavar a menudo, incluso sería preferible, durante la
enfermedad, secarse las manos con papel.
– Ventilar el hogar cada día una o dos veces durante diez minutos.
– Beber muchos líquidos.
Belén Galán, directora de Marketing y Comunicación de thyssenkrupp Home Solutions ha comentado al respecto: “Cuando estamos en plena temporada de catarros y gripes y aunque es bastante probable que a muchos de nosotros nos toque pasar por estas molestas enfermedades, no está de más tratar de prevenir su contagio siguiendo esta serie de sencillos consejos, que además de ayudarnos a evitar padecerlas nos ayudarán a reforzar nuestro sistema inmunitario, sobretodo en las personas mayores que suelen tener las defensas más bajas.” •
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